Autor(es):Leidy Viviana Silva Rojas
Anderson García Quintero

Descripción: A partir de la ley 1616 del 2013 y la resolución 4886 de 2018, se adopta la política nacional de salud mental, en donde se hacen participe las instituciones de educación superior llevando a cabo la formación estudiantil desde el ámbito de promoción de la salud mental y participación social. Retomando lo anterior la UNESCO en el 2022, establece en su informe nombrado  “Re imaginando la educación: La Evaluación Internacional basada en Ciencia y Evidencia, considera que la educación debe enfocarse en un aprendizaje de florecimiento humano”, esto permite deducir que el gran reto  consiste en potencializar el crecimiento personal a lo largo de toda la vida, reorganizando los currículos, metodologías , estrategias didácticas convencionales , hacia una mirada más profunda del ser humano, incorporando principios, valores y cada una de las dimensiones del ser, permitiendo una formación  integral del ser humano .

Durante la educación se resalta la importancia de mantener un ambiente emocional en el aula, ya que esto es fundamental para que el proceso de la enseñanza-aprendizaje que se lleve a cabo satisfactoriamente; en el ámbito educativo son muchas variables que influyen en este proceso, ya que un déficit en las habilidades de inteligencia emocional provoca la aparición de ciertos problemas conductuales y pensamiento afectando bienestar personal psicológico y rendimiento académico.

La autoestima es la dimensión valorativa con respecto al yo, que se siente al respecto en como soy y como se valoran las capacidades, varios estudios hacen referencia a la importancia de conseguir una autoestima positiva, Garaigordobil, Pérez y Mozaz (2008) evidencian que una baja autoestima desarrolla obsesión, sensibilidades interpersonales, e incluso la depresión.